Y sé que no es tu culpa, que ponértelo fácil fue más mi decisión
que tu imposición. Y sé que no es tu culpa que yo me mintiera y que tu siempre
me fue fueras sincera.
Igual que sé, que no
es culpa tuya que mi encanto te atrajera, pero no te sedujera. Sé que no es tu
culpa que yo me rompiera, y que las extrañas reglas del juego me dejaran fuera.
Que yo insistiera y tú
me invitases a compartir cartas bajo las sábanas, que yo te dejase ventaja y tu
siempre me ganaras.
No es tu culpa que te gustase un juego en el que no te jugabas
nada. Ni que yo apostara todo y me dejara perder hasta las bragas.
Ni que me gustase perderlas, y para compensar, me dejases
robar las tuyas de entre tus piernas.
Nadie tuvo la culpa
de esa rara mezcla.
2 comentarios:
Perder las bragas nunca es culpa de nadie.
Un saludo.
En cierto modo, cada uno es responsable de sus pérdidas... ;)
Saludos y bienvenida!
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